miércoles, 13 de agosto de 2008

Ya olvidé

Olvidé tu voz, suave y sugerente
olvidé el viento que arañaba tu negra melena
mientras recorriamos las calles de cualquier ciudad.
Olvidé el calor de tu piel,
olvidé los regalos que esparcias por mi alma
mientras reias a carcajadas.
Olvidé tu nombre,
olvidé tus calidas manos recorriendo mi espalda,
tus rojas uñas clavandose en mi cuerpo,
el olor sugerente de tu cuello,
el sabor dulce de tu boca,
el temblor de tu cuerpo cuando navegabamos
entre las sábanas de tu alcoba.
Como ves... lo he olvidado todo.

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