Es invierno. El viento se llevó las azoteas. Se han congelado las buenas intenciones y los niños se esconden bajo las mantas.
Se oye ruido. El camión de la basura golpetea mis sienes y castiga obscenamente mi nariz.
Y no se adonde ir.
No pasa nadie, no tengo nada.
Pero si tu quieres, el sol simulará que sale. Se iluminarán las estrellas y sembrarán de diamantes como puños el cielo raso.
Si la noche se enrolla, beberé del mejor de los licores, comeré en tus senos sus manjares.
Si la noche se enrolla, la libertad me llevará en volandas por las aceras. Las niñas de malos pensamientos me harán su rey, devorarán mi aburrimiento como tigresas.
Si ella quiere, solo se oirá la musica de los corazones enamorados, y la pasión me elevará hasta las más altas cumbres del placer.
Si la noche se enrolla, merecerá la pena seguir vivo.
